En el vasto mundo del diseño gráfico, hay términos que a menudo se entrelazan de manera incorrecta, generando confusiones que pueden afectar tanto a diseñadores como a clientes. Uno de los malentendidos más comunes es la confusión entre la identidad visual y el branding. En este artículo, profundizaremos en la diferencia crucial entre estos dos conceptos, destacando cómo algunos diseñadores caen en la trampa de centrarse únicamente en lo visual, descuidando la esencia estratégica del branding.
Identidad Visual: Más que Solo una Cara Bonita.
Comencemos por aclarar la función y alcance de la identidad visual. Este componente esencial del diseño gráfico se refiere a los elementos visuales que representan a una marca. Incluye elementos tangibles como el logo, tarjetas de presentación, papelería, banners y otros materiales visuales. Sin embargo, es crucial entender que la identidad visual es solo la punta del iceberg en el mundo del branding.
Branding: Más Allá de lo Visual, una Estrategia Profunda.
El branding, por otro lado, es un concepto más amplio y estratégico. Va más allá de la estética visual y se sumerge en la esencia misma de la marca. El branding implica la creación y gestión de la identidad de una marca en su totalidad. Esto incluye la personalidad de la marca, sus valores, su historia y cómo se comunica con su audiencia. No se trata solo de lo que se ve, sino de la conexión emocional que se establece con el cliente.
El Error de llamarlo Diseño Visual si NO lo es.
Lamentablemente, algunos diseñadores caen en el error de reducir el branding a la identidad visual. En plataformas como TikTok, Facebook, YouTube e Instagram, es común encontrar contenido que erróneamente simplifican el branding al proceso de diseño de elementos visuales. Los tutoriales sobre la creación de logos, tarjetas de presentación y banners se vuelven virales, pero se pierde de vista la verdadera esencia del branding: la estrategia de marca.
El Peligro de la Falta de Estrategia.
La falta de comprensión sobre la estrategia de marca puede ser perjudicial, tanto para el diseñador como para el cliente. Cuando un diseñador vende la identidad visual como branding, está haciendo un mal favor a ambas partes. Los diseñadores podrían perder oportunidades de participar en proyectos más complejos y estratégicos, y los clientes podrían quedar decepcionados al descubrir que la estética visual no es suficiente para construir una marca sólida y duradera.
Consejo para Diseñadores: Abrazar la Autenticidad.
En lugar de caer en el error de llamarlo diseño visual, es esencial que los diseñadores abracen la autenticidad y ofrezcan lo que realmente pueden proporcionar: una identidad visual sólida y atractiva. Reconocer los límites y comunicar de manera transparente a los clientes la diferencia entre identidad visual y branding es crucial para construir relaciones de confianza a largo plazo.
Conclusión.
En conclusión, la diferencia entre identidad visual y branding no debe pasarse por alto. Es responsabilidad de los diseñadores educar a sus clientes sobre la verdadera naturaleza del branding y no caer en la tentación de simplificarlo como un proceso puramente visual. Al hacerlo, no solo protegerán su propia integridad profesional, sino que también contribuirán a participar en proyectos mas complejos en el mundo del diseño gráfico.
La próxima vez que un diseñador sea tentado a vender identidad visual como branding, es fundamental recordar que la verdadera fortaleza de una marca reside en la profundidad de su estrategia y no solo en su apariencia. Y la fortaleza del diseñador esta en ofrecer lo que sabe y no lo que cree saber.
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